jueves, 1 de marzo de 2012

Botella de Leyden

La botella de Leyden fue descubierta en 1784 por Muschenbroeck y Cunéus. Este descubrimiento hizo mucho ruido en Europa; dio un nuevo brillo a la electricidad, y todos se apresuraron a experimentar la conmoción a pesar de la narración horrorosa que de ella se hacía. Todos los físicos repitieron el famoso experimento de Leyden y estudiaron sus diversas circunstancias. Este experimento excitó una viva sensación principalmente entre los franceses, codiciosos siempre de nuevos descubrimientos. 

La teoría de la botella de Leyden es absolutamente la misma que la del condensador.


La forma ordinaria de la botella es la de un frasco de cuello vuelto, lleno de hojas delgadas de cobre. La superficie exterior esta cubierta hasta cierta altura con una hoja de estaño. La botella esta cerrada con un tapón de corcho atravesado por una varilla de metal, cuya parte superior esta terminada por una bola, y cuya parte inferior comunica con las hojas de cobre.


Para cargar la botella de Leyden se la tiene comúnmente en la mano, al mismo tiempo que se hace tocar la bola al conductor de una máquina eléctrica, y se la retira cuando el electrómetro marca que la intensidad del interior de la botella, así como la de la máquina, ha llegado a su máximo.

Entonces, si se toca la bola con un dedo de la otra mano, se siente inmediatamente una conmoción violenta en los dos brazos, y sobre todo en las articulaciones. Muchas personas pueden recibir a la vez la conmoción, pues basta que estén asidas de las manos. La transmisión de la electricidad se verifica con tanta velocidad que todas las personas sienten la conmoción en el mismo instante.

La botella de Leyden es a propósito para demostrar el papel que hace el aire en los fenómenos eléctricos.


DESPRETZ, Cesar. Tratado elemental de física, Madrid, Fuentenebro, 1839, 588 pp.

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